viernes, 26 de marzo de 2010

El Santuario de Gastiburu

En tierra de los antiguos várdulos, cerca de Gernika, en la sierra de Gastiburu, de donde toma el nombre, nos encontramos este atractivo santuario. Está relacionado con el cercano y antiguo poblamiento de Marueleza y pudo ser no sólo un santuario sino también un lugar de reuniones de tinte político o civil como demuestran los graderíos que en él existían y que rodeaban una curiosa plaza de forma pentagonal. Como ocurre con otros tantos lugares de tinte pagano, se ha creado alrededor de este lugar también el mito de reuniones o aquelarres brujeriles.
















En las estribaciones de Gastiburu, se ubica el santuario protohistórico que fue conocido como lugar de reunión de brujas. Construido en las cercanías del oppidum de Marueleza se organiza en torno a cuatro estructuras, lóbulos, en forma de herradura que emergen de las laderas y se distribuyen alrededor de una plaza central con forma de pentágono. Los planos inclinados albergaron unas gradas y dos pasillos laterales. Cada uno de los lóbulos quedó individualizado, separado de la plaza por un pequeño muro, pero unido a ella por un espacio pavimentado con grandes lajas de piedra arenisca. Estas gradas tienen zonas especiales en las que lajas clavadas en vertical separan espacios entre filas. Al valor económico hay que añadirle el valor político y simbólico, ligados a la jefatura aristocrática de Marueleza.
(bizkaia.net)

jueves, 25 de marzo de 2010

Dolmen de Azután

En la comarca de La Jara, aparte de preciosos paisajes y una atractiva ruta a través de su Vía Verde, podemos encontrarnos con joyas arqueológicas como el Dolmen de Azután. Un lugar sagrado elegido por los oriundos de aquel territorio hace, aproximadamente, 6.500 años. Fue el primer megalito identificado en el interior de la Meseta Sur. Resulta importante su conexión con distintos cursos de agua del entorno, incluido el más largo río ibérico, el Tajo, además de situarse en un enclave de abundantes aguas subterráneas. Se suele decir que muchas construcciones sagradas, como los megalitos, se solían situar en lugares donde las corrientes subterráneas de agua abundaban, pues -según estas opiniones- la energía de la tierra es más facilmente perceptible.
















Los ajuares y restos arqueológicos documentados y encontrados en las inmediaciones del dolmen, se basan en abundantes evidencias de cerámica, industria ósea, industria lítica tallada y pulimentada, así como alguna cuenta de collar. A todo ello debemos sumar la evidente decoración total del espacio funerario mediante grabados e incisiones finas de bandas onduladas y zig-zag, así como grabados anchos de temática geométrica y antropomórfica, e incluso bajorrelieve y pinturas en los ortostatos de la cámara y figuras exentas de carácter escultórico (menhir) en el espacio de la cámara.
Importante arqueológicamente resulta además de su carácter innato monumental, también la conexión con los cursos de agua situándose próximo al río Tajo y en las inmediaciones a los arroyos de Linares y la Anguilucha, unido a afloramientos hídricos subterráneos en el mismo área arqueológica.
(viaverdedelajara.com)

miércoles, 24 de marzo de 2010

Rocha da Mina, santuario de Endovélico

Ya estuvimos en su momento en el cerro de São Miguel, donde se dice un hubo un templo romano dedicado a este dios indígena que competía en importancia con el propio Júpiter en tiempos de la romanización, por lo que queda claro su gran importancia, sobre todo para los lusitanos, cual es el caso. Por lo visto su lugar de culto ancestral se encontraba a 3 km del cerro de São Miguel, en concreto en el Santuario de Rocha da Mina, donde se encuentra un altar rupestre que, por lo visto, estaba consagrado a este dios.















Con ello, se ha llegado a la conclusión de que el culto realizado en Rocha da Mina, donde seguramente acudirían gentes de distintos poblamientos de la zona, fue desplazado posteriormente al cerro São Miguel, donde presumiblemente se construyó un templo en su honor -ahí lo atestiguan distintos hallazgos arqueológicos-, con lo que Rocha da Mina quedaría, desde entonces, en desuso. Este santuario rupestre se sitúa en un promontorio que se eleva sobre el río Lucefeci, en una zona de bonitos paisajes.

martes, 23 de marzo de 2010

El 'Monte sagrado' de Sarnago

Hoy nos acercamos a la pequeña población de Sarnago, en la comarca de la Alcarama, en las Tierras Altas de Soria. Un lugar de encrucijada entre Castilla, Aragón y Navarra, "donde Castilla pierde su nombre" como cita el autor de Historias de la Alcarama, Abel Hernández. En entrevista realizada en el programa de RNE Reserva Natural a este autor, me llamó la atención lo que dijo sobre un monte existente en Sarnago, el cual, según él, bien pudo ser un monte sagrado en tiempos celtibéricos. No muy lejos, además, en lo que llaman El Castillo de Sarnago se encuentran los restos de un poblamiento celtibérico, lo que, al margen de la supuesta sacralidad de dicho monte en la Antigüedad, otorga un gran interés a la zona, además del gran valor paisajístico y natural.

















Por eso Sarnago no ha muerto del todo, aunque ni siquiera se conocen bien sus orígenes. El nombre parece vasco-ibérico. Yo aventuro la hipótesis de que originariamente pudo ser 'Sernago', entroncando con la serna latina. O sea, lugar de piezas o tierras de sembradura. Antonio Ruiz Vega, siguiendo la pista marcada por Elizabeth Chesley Baity, indica que hubo un «Sarna» que era un bosquecillo sagrado en el país de Oraons —citado por Frazer en su The Golden Bough— y que Sarnadari es el nombre de la Primavera Sagrada y también el de un soto de donde se trae la leña para el fuego sagrado de Kosti, en Grecia. A este propósito recuerda que tradicionalmente la hoguera de San Pedro Manrique que se pasa con los pies descalzos la noche de San Juan hay que hacerla con troncos de roble bajados de los bosques de Sarnago. Y Plinio, el historiador romano, habla del monte sagrado de los iberos. No sé si se refiere al cerro del Castillo o a la Alcarama, la sierra madre de esta tierra, que, según me dijo mi amigo Said, significa en árabe 'dignidad'. Fíjate cómo se han ido sucediendo las distintas civilizaciones.Acaso sea esta, en efecto, una tierra mágica o sagrada. El que haya visto amanecer una vez desde la cumbre de la Alcarama, en una mañana clara de mayo, o haya contemplado desde el Castillo una tarde de otoño la puesta del sol sobre la sierra del Alba, naranja y violeta, no lo olvidará nunca. Sentirá dentro el milagro de la luz primera de la Creación, antes de que el hombre y la tierra hubieran perdido la inocencia.
(Abel Hernández)

lunes, 22 de marzo de 2010

La diosa Ataegina y Turóbriga

Hoy nos acercamos a un antiguo poblamiento citado por las fuentes como Turóbriga. Hoy en día se la sitúa en Aroche, pero son varios los lugares que se han barajado en cuanto a su posible ubicación, como cerca de Cabeza de Buey. Esta antigua ciudad estaba consagrada a la diosa Ataecina o Adaegina, una de las más importantes, pues se han hallado bastantes lugares consagrados a esta diosa ctónica o de inframundo, sobre todo en la antigua Lusitania y la antigua Beturia, como es el caso de la betur Turóbriga. Se cree que bajo la actual ermita de San Mamés pudo estar ubicado su templo, pero esto se desconoce y es posible que pueda aparecer en otro lugar del poblamiento, pues es mucho aún lo que queda por ser excavado y estudiado.
















Conocemos a la diosa indígena prerromana Adaegina gracias a los innumerables altares con inscripciones latinas aparecidos en el antiguo territorio de la Hispania Ulterior y, más concretamente, entre el Tajo y el Guadiana. Una de las principales características de Adaegina son sus epítetos “Dea Domina Sancta Turibrigensis”, que nos indica que se trata de una divinidad protectora de la ciudad prerromana de la
Beturia Céltica llamada Turíbriga o Turóbriga, ubicada recientemente en los alrededores de la ermita de San Mamés, en las cercanías de Aroche, provincia de Huelva, y que posee una fuente, acueducto, varias termas y piscinas extraordinarias en fase de excavación.
(celtiberia.net)

martes, 16 de marzo de 2010

Posible altar rupestre en el Cerro de San Mateo, Ávila

Hoy traemos, de nuevo, un supuesto altar rupestre, pues si bien el arqueólogo Francisco Fabián afirma dicha condición, su verdadera naturaleza ritual no está demasiado clara, como así ha quedado de manifiesto en webs como Celtiberia.net y Caminando por Iberia.
El que el lugar fuera una antigua cantera añade mayor dificultad a su posible calificación como roca sagrada de la Antigüedad.














Julio Collado explicó a este diario -Diario de Ávila- que descubrió en el Cerro de San Mateo una roca, «solitaria en su entorno», que reunía una serie de características especiales que le hicieron pensar que podía tratarse de un altar prehistórico. Esas peculiaridades, explicó, se resumían en la existencia en la citada piedra de una especie de visera bajo la que se encontraba, a la altura del pecho de una persona adulta, una pequeña pileta de entre diez y quince centrímetros de profundidad y de forma rectangular, pero con los ángulos redondeados, de la que salía un pequeño canal perfectamente identificado y de la misma hondura.

Convencido de que las hendiduras que mostraba esa piedra «no eran naturales, porque se descubría la mano del hombre», y viendo que apoyaba su primera intuición el hecho de que al lado pueden verse aún los restos de una cantera abandonada, Julio Collado puso su descubrimiento en conocimiento del arqueólogo territorial de la Junta de Castilla y León, Francisco Fabián, el cual le confirmó sus sospechas.
El propio Fabián manifestó a este diario que la piedra en cuestión se trata, casi con toda seguridad, de «un altar rupestre ritual y no de uso funcional» que, a la espera de que sea estudiada más en profundidad, es posible que pueda asociarse, por su proximidad geográfica, con el cercano yacimiento de Bascarrabal, unos terrenos que fueron ocupados entre los años 4.000 y 800 antes de Cristo para aprovechar la malaquita de la zona. Calificó Francisco Fabián este descubrimiento de «muy interesante», puesto que ofrece nuevos datos «para estudiar el mundo de las ideas de nuestros antepasados»."
(Diario de Ávila 20-05-06.)

lunes, 15 de marzo de 2010

Peña Sacra de Manzares el Real

A lo pies de La Pedriza -un espectacular paisaje rocoso de la sierra de Guadarrama-, encontramos una ermita sobre una peña conocida como Peña Sacra. A pesar, de que en muchas páginas de internet aparece la cita de que fue un santuario precristiano, y que "existen distintos escritos que relacionan la Peña de la Sacra a cultos druidas", no dejan de ser copias de un mismo texto, no encontrando en la red ninguno de esos "escritos" a los que se hace referencia. Así que, desde aquí, agradeceríamos, si alguien sabe algo más sobre este lugar, que aportara alguna información. De momento, aquí dejamos constancia a modo de incógnita que estaría muy bien poder despejar. La cita de los cultos druídicos no es muy halagüeña, pero como se suele decir, "cuando el río suena...", y sí, muy cerca suena el Manzanares, al poco de nacer, en un paraje que apenas hace presagiar su cercano destino entre riberas de hormigón.

















La ermita está situada sobre la Peña Sacra, como su propio nombre indica, desde donde se domina una amplia panorámica de La Pedriza. La construcción es del siglo XVI, a la que fueron adosadas dependencias posteriores en el siglo XVII. La Virgen de la Peña Sacra es copia moderna de la imagen del siglo XIX desaparecida, a excepción del Niño, que es antiguo. Existen distintos escritos que relacionan la Peña de la Sacra a cultos druidas, presencia de sacerdotes celtas que durante el primer milenio a J.C, celebraban sus ritos en los bosques.
(www.manzanareselreal.org)

viernes, 12 de marzo de 2010

Monumento al dios Neitin en Binéfar

En el Yacimiento de la Vispesa de Binéfar, se halló el conocido como Munumento o Estela de Binéfar, donde se encontró una inscripción dedicada al dios Neitin, más conocido como Neto o Netón. Algunos dicen, sobre este dios, que fue una especie de dios panibérico, adorado tanto por celtas e íberos. Se le ha relacionado incluso con el dios de la guerra irlandés, el dios Net. Según se dice su nombre viene de la palabra celta neto, que significaba guerrero, de ahí que se entienda que fue un dios de la guerra. Aunque Neitin también fue un nombre propio íbero, o incluso formaba la raíz de otros nombres propios documentados como Neitinbeles. Por lo que puede ser que no fuera al dios a quién estaba consagrado el monumento, sino que fuera una estela funeraria en la cual aparecía el nombre propio de la persona a la que estaba dedicada. Aunque la generalidad de los estudiosos lo relacionan con el dios protagonista de hoy.
















Yacimiento íbero-romano de La Vispesa

En el monumento funerario de Binéfar hay una mención a Neitin, que aunque está en ámbito ibérico-ilergete, es una zona que fue iberizada más tardíamente que otras, sobre un substrato anterior de Campos de Urnas, y con alguna influencia hallstática, e incluso en cercanía a zonas donde hubo infiltraciones galo-belgas más recientes: galos de valle del Gállego, Suessetanos de las Cinco Villas y Navarra, Galos llegados al llano de Lérida en la época de César.
(celtiberia.net)


















Estela de Vispesa, Museo Provincial de Huesca

jueves, 11 de marzo de 2010

El Ninfeo de Valeria

Fue un anterior poblamiento celtíbero, como tantos otros, aunque rebautizado por los que la conquistaron como Valeria, en honor al cónsul Cayo Valerio Flaco. No se halla lejos de la también ciudad 'hermana' y antigua Segóbriga, siendo citada por el propio Ptolomeo en su Geografía. En cuanto a su ubicación no ha habido ninguna incertidumbre, como sí ha existido y existe con otros tantos poblamientos, pues muy cerca nos encontramos un municipio homónimo que ha servido de pista, además, del conocimiento de las ruinas existentes de la antigua ciudad que no fueron excavadas hasta mediados del S. XX.
En Valeria encontramos un ejemplo más de manantial o fuente sacralizado, es decir, un claro culto a las aguas, seguramente anterior a la llegada de los romanos y que se materializó, con la llegada de éstos, en el Ninfeo de Valeria. Pero de verdad lo que más destaca en este lugar es la bonita hoz del río Gritos que, en forma de abrazo eterno, envuelve a la antigua Valeria.



























Se trata de un añadido al conjunto foral en sí, y uno de los edificios más interesantes de la arqueología clásica española. Para Ángel Fuentes se le podría considerar un segundo foro menor. Es una fuente monumental, quizás la mayor del Imperio romano, y la imagen más típica de la Valeria romana. Es el fruto de la monumentalización del muro de contención del foro por el Este. El muro actuálmente está desprovisto de todo ornato, pero se debe imaginar cubierto de mármoles, estucos, esculturas y bocas por las que el agua debería manar sin cesar. ( En palabras de Julián Torrecillas, el guarda-encargado de las ruinas )
El conjunto del Ninfeo corona toda la ladera del Hoyo de Afuera, de la que sería una "balconada superior monumental". Por encima de él asomarían los edificios más importantes del foro: Curia, Basílica, y probablemente, el templo de la ciudad. Consta de una serie de 7 nichos semicirculares alternados con exedras rectangulares, practicados en un grueso muro que encierra en su interior un canal revestido de hormigón hidraúlico por cuya pared va el specus, que surte de agua al Ninfeo. El agua saldría al exterior por unas bocas situadas a los lados de los nichos semicirculares, y allí recogida en piletas. Ese pórtico arcuado, del que aún hoy se pueden ver sus columnas toscanas, arquitrabes y demás restos en la taberna nº 12, era en realidad el Ninfeo : " como un tunel algo oscuro, con el ruido , hoy silenciado, de sus 14 fuentes manando, y seguramente húmedo ".
Entronca con los Ninfeos helenísticos: está en la línea de la Fuente Pyrene de Corinto en su fase helenístico-romana. No hay que olvidar que los ninfeos, especialmente en época antigua, antes que edificios ornamentales, que realmente lo eran, son edificios de culto a las aguas -de origen prerromano-, formando parte del foro, pero, a la vez, claramente separado de él.
Las cisternas fueron construídas con la misma técnica que las del foro. Salpican todo el yacimiento. Una fuente adosada a ellas posibilitaba que todos los habitantes de la ciudad pudieran disponer de agua.
(www.adesiman.org)

miércoles, 10 de marzo de 2010

Santuario rupestre de Argeriz

A caballo entre las antiguas tierras de galaicos y lusitanos, y muy cerca del conocido santuario de rupestre de Panóias, nos encontramos el Santuario de Argeriz. Su construcción se dice que es de época romana, al igual también que el de Panóias, pero seguramente constituía ya un lugar de culto bastante antes de la invasión de los itálicos, como ocurrió con tantos otros lugares. A este santuario, los lugareños, lo conocen como Pias dos Mouros, con lo que nos encontramos, una vez más, con la costumbre de calificar algo antiguo de origen no conocido como de "tiempo de moros", cuando en realidad su origen es bastante más antiguo a la llegada del Islam a la Península.

J. Alberto Arenas-Esteban

Nombrado en 1984 como "Bien de Interés Público", el "santuario rupestre de Argeriz" (o "Pias dos Mouros", como comúnmente se le conoce dentro de la población local a este tipo de asentamientos arqueológicos) se encuentra relativamente aislado en una plataforma de granito situada en una ladera que domina un afluente del arroyo Alfonge. Probablemente construida durante el período romano, el santuario rupestre, parece revelar algunas similitudes estructurales con el «Santuario de Panóias", visible también desde lo alto de Argeriz, al igual que el sitio donde se encuentran los Grabados de Mão do Homem, ambos pertenecientes al municipio de Vila Real.El santuario está compuesto de dos cavidades rectangulares dispuestas en paralelo (con orientación norte-sur) en la cima de un promontorio de granito.
(Traducción realizada de valpacos-digital.com)

martes, 9 de marzo de 2010

El Canto de Castrejón

Volvemos a los alrededores del Monasterio de El Escorial, pues ya nos hicimos eco de la conocida como Silla de Felipe II, que según estudio de Alicia María Canto, no fue tal silla, sino más bien un altar rupestre de la etnia celta de los vettones, pueblo que lindaba por esta zona con los carpetanos. Seguramente, su condición de santuario prerromano no fue la causa de que el famoso monarca no hiciera uso de esta roca mil quinientos años más tarde, sino porque la visibilidad del monasterio desde este lugar, tan a lo lejos y con una perspectiva tan rasante, nos da a entender que Felipe II no se acercaba hasta el conocido como Canto Gordo, de la finca de la Herrería, para contemplar la evolución de la magna obra que ordenó construir. Además no existe documento alguno que lo atestigüe, ni ninguna inscripción. Cosa que no ocurre con el canto protagonista de hoy, el Canto de Castrejón, que tiene una inscripción regia de la época de Felipe II dedicada a su hijo, el que luego reinó como Felipe III, una segunda de 1803 de Carlos IV y, por último, una tercera de 1853 o 1855 de Isabel II. El investigador que ha estudiado estas inscripciones -Jesús Jiménez Guijarro- aparte de sostener que quizás fuera este canto el verdadero lugar elegido por Felipe II para contemplar el monasterio y su entorno, y no Canto Gordo -actual Silla de Felipe II- fue, también, un auténtico santuario vettón. Además, no sólo afirma esto, sino que también explica que Canto Gordo no fue ningún santuario vettón, contradiciendo a Alicia M. Canto, sino, más bien, un conjunto de rocas talladas en el S. XIX para crear el mito de la Silla de Felipe II, afirmando que carecen de canales de desagüe, como se observa en otros santuarios rupestres, incluido el propio Canto de Castejón, y que no es lógico que hubiera otro santuario tan cercano a este último.
Nosotros no somos expertos y, por lo tanto, no podemos entrar científicamente en esta discusión, pero sí, como aficionados, podemos dar nuestra opinión. Pienso que, si bien la conocida como Silla de Felipe II ha sido acondicionada en el último siglo y, por tanto, no la contemplamos en su estado original, sí tiene toda la pinta de haber constituido un auténtico santuario prerromano, y además, más que un simple santuario, todo un complejo de rocas labradas en el mismo paraje y una piedra caballera, de las que tanto solían abundar en estos antiguos templos naturales, que también se halla en este lugar. Una foto de finales de Siglo XIX muestra el distinto estado de la roca con anterioridad a su acondicionamiento actual, pero en la misma se puede apreciar que esas rocas ya se encontraban talladas al modo de los santuarios rupestres. Además, según se puede leer de la propia doctora Alicia María Canto, lo de la cercanía no es una prueba contundente para rechazar a cualquiera de los dos como santuario. Dicho así, nosotros nos quedamos con la opinión de que tanto Canto de Castejón, como la Silla de Felipe II -Canto Gordo- son dos santuarios rupestres prerromanos.






















Para el arqueólogo Jiménez Guijarro este conjunto se trata de una peña sacra, es decir un altar rupestre protohistórico dotado de escalas de acceso. No relaciona la existencia de los epígrafes regios con esta función de la roca, si bien indica que la peculiaridad de la misma puede haber condicionado la posterior ejecución de los epígrafes regios.
Mantiene el arqueólogo que la silla de Felipe II, considerada por algunos autores como un altar vetón, no es tal, ya que la existencia de dos altares tan próximos es arqueológicamente inverosímil.
La orientación de canto Castrejón, hacia poniente, es más idónea que la de Canto Gordo (silla de Felipe II). La situación menos recóndita, nos recuerda que estos altares eran para actos públicos, lo que contrasta con la situación casi inaccesible de la Silla de Felipe II. Esta roca carece de cazoletas y canales de desagüe, cosa que no ocurre con el canto Castrejón.
Sobre la Silla de Felipe II no hay ninguna mención documental hasta la recopilación cartográfica de Francisco Coello (1849). Jiménez Guijarro mantiene que no es más que una recreación arqueológica del sigo XIX.
Pero no es el cometido de este artículo crear una disputa entre piedras, el cometido es, tal vez, reseñar este canto Castrejón, dar fe de su importancia histórica y criticar que no podamos acceder a él para contemplarlo.

(elecodelasierra.com)

lunes, 8 de marzo de 2010

La reina mora de Siurana

Hoy nos acercamos a un pintoresco pueblo que ya llamó la atención de antiguos pobladores, fabricantes de hachas de sílex, puntas de flecha y vasos campaniformes. En él encontramos una leyenda recogida por el escritor Juan Amades, en la que de nuevo aparece la figura de una reina mora como protagonista. Aparte de hacernos eco de un ejemplo más de este tipo, nuestra intención es sobre todo traer a este lugar un municipio de soberbio entorno, en la bella comarca del Priorato, donde también se encontraron enterramientos neolíticos en la Coll de Esplugues y cerámicas iberas en el Coll de la Creu.























Entre sus escasas calles reina el silencio y en lo más alto del enclave rocoso se localiza los restos del castillo musulmán, que fue centro del último reino de taifa reconquistado en Cataluña en 1153 tras el asedio de Bertran de Castellet, dando lugar a la “leyenda de la Reina Mora”.Abd-al-Azia, la supuesta reina mora de la leyenda, era la esposa del walí de Siurana. Mientras se perfumaba, fue sorprendida por los cristianos, con la espalda y los brazos desnudos. Cuando la vieron los cristianos, se sorprendieron por su gran belleza y le prometieron la vida si se convertía al cristianismo.La princesa tomó su caballo, lo montó y lo condujo hacia el precipicio; el caballo reculaba relinchando con fuerza delante del abismo.Viendo la resistencia del caballo le asestó un golpe en el vientre y empezó a correr, pero de repente, justo delante del abismo se paró con suma brusquedad, dejando en la roca marcada la herradura de una de sus patas.Abd-al-Azia clavó su espada en el suelo y el caballo, muy asustado, saltó y se perdió absorbido por el precipicio.
(trapatroles.wordpress.com)

viernes, 5 de marzo de 2010

El Txindoki, la otra morada de Mari

Ya estuvimos en el Amboto, la otra morada de Mari, la importante diosa del panteón mitológico vasco. Hoy es el turno de el Txindoki -también conocido como Larrunarri-, el monte que más destaca de toda la Sierra de Aralar y que es visible desde muchos puntos de Euskadi, una sierra que fue declarada Parque Natural, y del que la mitología cuenta que era otra morada de esta divinidad. El monte, como otros tantos sacralizados, tiene forma piramidal, una característica que se repite frecuentemente.

















El monte Txindoki o Larrunarri, de 1.346 m de altitud, y situado en la sierra de Aralar (entre Guipúzcoa y Navarra), es uno de los montes más emblemáticos del territorio histórico guipuzcoano. A sus pies se sitúa la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, en Larraitz, Guipúzcoa País Vasco (España), muy venerada por los habitantes de los alrededores. La leyenda dice que en su cumbre "Mari", la diosa por excelencia del Olimpo Vasco, tiene una de sus residencias.
Algunos le llaman el Cervino Vasco o de Aralar, en una exageración de sus características. Forma parte del Parque Natural de la Sierra de Aralar.

(Wikipedia)

jueves, 4 de marzo de 2010

Santuario ibero de La Cueva de la lobera de Castellar

Hoy visitamos otro antiguo santuario ibero, "pariente" del que ya visitamos hace tiempo de Collado de los Jardines, pues guarda una gran relación con él, además de encontrarse igualmente en territorio oretano. Se ubicaba muy cerca de la antigua Cástulo, de la que dicen unos fue la capital de los oretanos, aunque el nombre de su etnia lo toman de Oretum -que ya visitamos por aquí-, por lo que otros opinan que esta última fue su ciudad más importante.
Al margen de esta división de opiniones, hay que decir que fueron muchos los exvotos hallados en este santuario, lo cual refleja una importancia no mucho menor a la que pudo tener el santuario de Collado de los Jardines en Despeñaperros. Además se encontraba junto a una de las más importantes vías de la antigüedad, la Vía Heraclea.
Una vez más nos encontramos con una cueva sacralizada en esta cordillera montañosa de Sierra Morena, la Cueva de la lobera de Castellar.

















La secuencia cronológica presente en este santuario es similar a la del Collado de los Jardines. El santuario también se estructuraría en varias terrazas. La primera de ellas fue destrozada por las excavaciones clandestinas, en cambio, la segunda ha permitido establecer, con claridad, una ocupación comprendida entre los siglos IV – III a.n.e. Un grupo de pequeñas cuevas conforma, al fondo de la primera terraza, la zona más importante del santuario, cuya jerarquización se establecería mediante las citadas terrazas comunicadas entre sí por un sistema de rampas y escaleras monumentales. Territorialmente también este santuario ocupa una posición estratégicamente selectiva. Se ubica en la cabecera del pago de Cástulo, integrando, junto al santuario de Despeñaperros, un sistema de apropiación simbólica de la cuenca hídrica del río que discurre a los pies de la ciudad oretana (Ruiz et al., 2002) Son numerosos los indicadores arqueológicos que muestran la existencia de una fuerte vinculación entre ambos santuarios. Su estructura, distribución, elementos paisajísiticos e integrales, su disposición en el territorio así como las propias figurillas de bronce, tienden a introducir en un mismo esquema ambos santuarios ibéricos.
(castellardejaen.com)

miércoles, 3 de marzo de 2010

La Cascada del Pozo Airón, Pereña de la Ribera

El dios Airón es uno de los grandes protagonistas de nuestra toponimia. La cascada que lleva su nombre en Pereña de la Ribera seguramente sea una pista bastante fiable de que dicho lugar le estuvo consagrado y, la verdad, él no debería estar nada disgustado, pues tanto la cascada -muy cerca del famoso Pozo de los Humos-, como el entorno -un espectacular escenario natural de hoces y cortados-, son muy atrayentes. En concreto nos encontramos dentro del Parque Natural de Arribes del Duero, con un mítico río ibérico de protagonista.
















Los topónimos conocidos como “Pozo Airón”, ya se refieran a pozos, lagunas, simas, cascadas, ríos, fuentes o parajes, tienen una relación directa con este dios cuya antigüedad probablemente se remonte al neolítico (entre 6.000 y 3.000 años a. C.).
A veces el topónimo Airón está disfrazado en otros nombres tales como: pozairón, pozo Hirón o pozo Irón.
(wikipedia)

martes, 2 de marzo de 2010

El culto a las Matres en Clunia

En el norte de la antigua Celtiberia encontramos la ciudad romana de Clunia. A pocos pasos de ella, en un cerro, se encontraba la originaria celtíbera de Cluniaco o Kolounioukou, de la que la romana Clunia Sulpicia, por tanto, toma su nombre. Pues bien, al igual que en Maderuelo, lugar del que ya se habló por estos lares, en la antigua Cluniaco se practicó el culto a esas divinidades conocidas como Las Matres. Este culto estaba muy extendido en todo el mundo celta y el germano occidental.















Alto de El Cuerno, lugar donde se cree estuvo la Clunia celtibérica

Joaquín Gómez-Pantoja ha estudiado el culto a las Matres en Clunia. En esta ciudad está atestiguada la existencia de un fenómeno hídrico al que en la Antigüedad se le atribuían virtudes curativas. En Clunia han aparecido 7 altares consagrados a las Matres. Parece confirmada la vinculación
de estas diosas con las fuentes medicinales.
Muy acertadamente, este autor concluye su importante trabajo, recordando un texto de la Germania de Tácito (40.2-5), que es el único conservado del ritual seguido en el culto a las Matres entre los germanos. Según Tácito, la imagen de la diosa era llevada en un carro tirado por vacas. El carro y la imagen se lavaban en un lago oculto. Quizá algo parecido debía ser el ritual del culto a las Matres en Clunia.
(José María Blázquez Martínez)

lunes, 1 de marzo de 2010

El Pico Sacro

De nuevo Galicia y de nuevo un pico o montaña sagrada, el Pico Sacro. En torno a él han surgido muchas leyendas, como una, con la llegada del cuerpo del apostol Santiago como protagonista, donde aparece la figura de una galaica, la reina Lupa, un personaje que forma parte de la mitología gallega, pues no hay ningún documento, salvo esta leyenda que atestigue su existencia. Pero esta historia forma parte de la tradición cristiana que, seguramente, oculta un trasfondo mucho más lejano en el tiempo de esta montaña. Autores como Murguía y Eugenio Carré nos hablaron de ello.

















Murguía (1833-1923) en su libro "Galicia" considera de forma especial al Pico Sacro, entre los montes que tuvieron una importancia religiosa antigüa. Y escribe: "diríase que el hombre se siente mas desligado de los lazos terrenos cuanto mas se acerca al cielo, y que por eso busca las alturas, las prefiere, las santifica,y cuando no las adora materialmente, se pone bajo su protección y las une por completo a sus creencias y sus cultos. verdad esta que si en alguna ocasión puede ponerse en duda, no será por cierto cuando se trate del famoso Pico Sagro, en otros tiempos Mons Sacer según unos, Mons Illicinus según otros. La historia y la tradición aseguran que ha recibido adoraciones durante largo tiempo: aún hoy la superstición popular le invoca con fórmulas y le da su ofrenda".
(jlgalovart.blogspot.com)

Para muchas personas esta montaña sigue siendo un lugar sagrado. En 1936 el escritor y académico Eugenio Carré escribió: “Es legión la de los que creen aún en el poder de la divinidad enseñoreada del monte. Muchísimas, incontables son las gentes que (...) cuando se ven afligidas por dolencias (...) concurren a una de las múltiples alturas que de gran parte de la región permiten descubrir el Pico Sacro a larga distancia y, llenos de fe en el misterioso poder de que le suponen dotado, le dirigen la siguiente invocación: ‘Pico Sagro, Pico Sagro/ sáname do mal que eu trayo’. (Pico Sacro, Pico Sacro/ sáname del mal que traigo)”.
(Andrés Guijarro)
 
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