martes, 11 de diciembre de 2012

Santuario en el Peñón de Selambina, Salobreña

Hoy nos acercamos a la que dicen fue la antigua Selambina de los autores clásicos, aquella ciudad a la que algunos autores atribuyen origen púnico, dentro del que fue territorio bastetano. El conocido como Peñón de Salobreña, que hemos denominado, permitiéndonos la licencia, como Peñón de Selambina en homenaje a la antigua ciudad el I milenio a. C., además de haber sido lugar habitado en muy distintos periodos desde tiempos prehistóricos, albergó la existencia de un templo entre los siglos II y I a. C. Es posible, según se cuenta, que este santuario pudiera ser lugar de culto de la diosa Tanit. El origen púnico de la ciudad se ha tratado de justificar emparentando el topónimo Selambina con la diosa Salambó, cuyo nombre podría significar imagen de Baal, aunque, tal y como se explica en la fuente que hoy traemos, esta hipótesis es bastante aventurada. El edificio fue, por la fecha atribuida al mismo, construido en tiempos de dominación romana, pero es posible que ya fuera lugar de culto con anterioridad, en época púnica, por los objetos hallados en dicho enclave.
Como curiosidad geográfica hay que decir que el Peñón de Salobreña tuvo carácter insular durante la existencia del templo o santuario protagonista de hoy.

Gabriel Romero, granadanatural.com

*Fuente: La religión púnica en Iberia: lugares de culto, Eduardo Ferrer Albelda

Hay vestigios de una ocupación anterior -a la época tardopúnica y romana-, de época arcaica, ánforas y cerámicas grises, revueltos con materiales de épocas posteriores por la construcción de un edificio de culto de planta rectangular en el siglo II a.C, momento álgido del santuario hasta mediados del siglo I a.C. En este contexto cronológico las ofrendas depositadas se dividen en dos grandes grupos: pebeteros y terracotas figuradas, representaciones de la divinidad o de su culto institucionalizado, y las cerámicas, muchas de ellas clasificables dentro de la cerámica campaniense A y B, e imitaciones púnicas de éstas. Otras ofrendas estaban contenidas en ungüentarios, vasos caliciformes,kalathoi, lucernas y ánforas de tipología itálica, púnico-ebusitana y centromediterráneas , así como cerámica de "tipo Kuass". Del período que nos interesa hay suficientes restos como para suponer la función del promontorio como lugar de culto: cerámica ática de los siglos V y IV a.C., cerámica pintada y de cocina de fabricación local, etc.
Los excavadores proponen la dedicación de la isla santuario a una divinidad femenina de advocación marinera, quizás Tanit, que helenizada o latinizada aparecía como Phosphoros o como
luno. En este sentido, se ha identificado unánimemente Salobreña con la Selambina o Salambina de Plinio, Mela y Ptolomeo; y también se ha intentado justificar la punicidad de dicha ciudad a partir del análisis toponímico, haciendo evolucionar Selambina de la diosa Salambó, un teóforo que derivaría de Salam ba'al (imagen de Baal). No obstante, la etimología fenicio-púnica de este topónimo es juzgada por Sola Solé como "extremadamente discutible".

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