sábado, 29 de agosto de 2015

Petroglifos de El Canchón de la Ro de la Múa, Vegas de Coria-Nuñomoral

Vamos y venimos de Galicia a Las Hurdes y de Las Hurdes a Galicia, pues recientemente hemos estado tanto en uno, como en otro lugar, con lo que iremos por aquí trayendo unos pocos de los enclaves que hemos visitado en una y otra tierra, más allá de los ya expuestos los pasados días. Como dijimos en relación con la arqueología en Las Hurdes, ésta escasea en yacimientos, pues es muy poca la tierra y mucha la roca de pizarra que hay debajo, metros y metros de roca en el 90%, por así decirlo, del territorio de la comarca, por lo que apenas se han conservado huellas de un lejano pasado en forma, por ejemplo, de poblamientos (***editamos esta entrada para hacer una aclaración en este punto, pues gracias al gran conocedor de lo hudarno, Félix Barroso, hemos sabido que Las Hurdes no escasean en yacimientos arqueológicos y, por otra parte, que no es tan poca la tierra, en comparación a la piedra, que existe en la comarca, de ahí la cantidad de árboles y vegetación existente; según este autor, es otro de los falsos mitos que se cuentan sobre Las Hurdes. En este sentido nos ha citado una serie de yacimientos, la mayoría calcolíticos y romanos como: "El Madroñal", "El Alcornocal", "La Vega del Canto", El Lombo Genal", "El Corral de los Moros", "El Cravilejo", "La Cebaílla", "La Rocandelario", "La Vega Reonda", "La Roblazque", "El Gavilán", "Pedrusantu",  "La Llaná", etc.) que no en cuanto al abundante acervo cultural manifestado a través de antiguos romances y antiguas tradiciones, como hemos contando en más de una ocasión, y tampoco escasa en cuanto a petroglifos, más bien todo lo contrario, pues ya es bien conocido que abundan en toda la comarca. Precisamente hoy traemos otro grupo de petroglifos existentes en las cercanías de Vegas de Coria, alquería perteneciente al concejo de Nuñomoral, los de El Canchón de la Ro de la Múa, que es como se los conoce en el lugar y así aparece en el cartel explicativo que hay al inicio de la pista que conduce a ellos. En concreto están en una piedra existente en la margen derecha del arroyo de la Muda, de ahí el nombre que toman los petroglifos, arroyo que vierte sus aguas, poco más abajo, en el río Hurdano. Se encuentran a no mucha distancia del pequeño embalse que hay poco más arriba del propio arroyo de la Muda.

Parte superior, más o menos llana, de El Canchón, donde se encuentran los petroglifos

Círculo con cruciforme

Escaleriforme

En este canchal se repiten otras de las formas existentes en el resto de muestras de la comarca, lo cual nos indica que, seguramente, pertenecen, más o menos, a la misma cronología. Así podemos observar escaleriformes, círculos, alguno con cruciforme, identificados con símbolos astrales, figuras geométricas como cuadrados, rectángulos y triángulos, además de los círculos mencionados, incluso lo que parece una espada, que desconozco si ha sido identificada como tal, pues no está tan definida como las del Tesito de los Cuchillos de la alquería hurdana de Castillo. En cuanto a la cronología, siguiendo la del resto de grabados rupestres de la comarca, pudiéramos estar ante una roca con petroglifos realizados en un periodo amplio que pudiera ir desde el Calcolítico o, algo posterior, desde el Bronce, pasando por la Edad del Hierro y acabando en el periodo romano, si hacemos caso a la cronología del Tesito de los Cuchillos en relación a sus espadas, que gracias a la inscripción latina existente, se saben que eran de época romana. Pero esto es sólo una suposición del que esto escribe, pues no pudimos leer la interpretación que los estudiosos de estos petroglifos hicieron, al encontrarse ilegible el texto del cartel explicativo.
En cuanto a su significado, es muy poco lo que se conoce, existiendo, como ya sabemos, muchas explicaciones e interpretaciones de los mismos, pues nos faltan las claves para descifrar esa especie de "lenguaje". No sabemos, por tanto, si El Canchón de la Ro de la Múa fue un santuario, si pudo ser un antiguo lugar de reunión, si marcaba algún camino, aunque no había podomorfos, que según nos contó el arqueólogo Saúl Martín González podrían ser la pista de antiguos lugares de paso o caminos, un antiguo lenguaje manifestado con signos de ese tipo, etc. Cuando nada se sabe, son muchas las lecturas que se pueden sacar de un lugar como éste. A pesar de dicha incertidumbre, su contemplación siempre produce una gran emoción.

Pequeño refugio de pastores en la parte inferior de El Canchón

Representación de lo que parece una espada, con la empuñadura a la derecha de la figura


Grupo de grabados, en apariencia irregulares, con líneas convergentes en un mismo punto, en lo que pudiera ser -por especular- una representación astral


Vistas hacia el Norte desde la pista que conduce, por el margen derecho del arroyo de la Muda, a los petroglifos. Al fondo, tras la última hilera de montañas, como asomándose a los valles hurdanos y con aspecto blanquecino, se aprecia la Peña de Francia, una montaña sagrada desde tiempos inmemoriales para los hurdanos y las gentes de la parte salmantina - Fotos: Iberia Mágica


jueves, 27 de agosto de 2015

El altar rupestre de Santiaguiño do Monte, Padrón

Hace escasos días, cuando hablamos sobre el ara romano conocido como el Pedrón, el cual se encuentra en la Iglesia de Santiago de Padrón, comentamos que teníamos que volver al propio Padrón para hablar de un lugar, ya traído a Iberia Mágica, como es el altar rupestre de Santiaguiño do Monte. En este caso repetimos ficha, por así decirlo, para mostrar material fotográfico propio, además de abrir la hipótesis de la posible conexión entre este santuario rupestre y las montañas circundantes, principalmente con el monte Meda. Esa fue una de las impresiones que tuvimos al visitar Santiaguiño do Monte, con lo que buscando información en la red, nos hemos encontrado con un artículo de uno de nuestros blogs favoritos, Asturiensis Prouincia Indigena, del estudioso de la Arqueoastronomía Miguel Ángel González, en el que se explica la aparente conexión entre Santiaguiño do Monte, el lugar donde se encontró el Pedrón, a la orilla del Sar, los montes Meda y Xesteiras, principalmente el primero, y los lunasticios mayores, al norte y al sur.
Esta población, lugar de parada del camino portugués, y con tanta leyendas y reminiscencias jacobeas alrededor, parece que fue un importante centro de culto precristiano. Así, la leyenda cristiana, nos habla de que en este monte se escondió Santiago de sus perseguidores, cuando predicó en Galicia, bebiendo incluso de la propia fuente que mana junto a la ermita, lo que nos pone sobre la pista de que en ese lugar se practicaría el culto a las aguas. La romanización a través del dios Neptuno, cuyo nombre aparece en el Pedrón, nos pone sobre la pista sobre antiguos cultos acuáticos en este lugar.
El paraje se completa con la agrupación de rocas, existente en una especie de explanada cercana a la ermita y la fuente, y que es nuestro altar rupestre protagonista de hoy. En la más alta de las piedras existe una gran cazoleta, además de canalillos, claramente de factura humana.
Al modo de la Silla de Felipe II en El Escorial, este altar, igualmente, ha sido retocado, alterando su configuración original.
Un lugar imprescindible si se visita Galicia.






*Fuente: asturiense.blogspot.com

Desde Santiaguiño do Monte el monte más destacado es sin lugar a dudas Meda, y tanto desde la fuente, como del conjunto rocoso próximo, aquel por cuyos agujeros, dice la tradición, se arrastró Santiago perseguido por lo paganos, se observa la salida del Sol del solsticio de verano sobre su cima. Sin duda, esta circunstancia era la que otorgaba sus benéficas propiedades al agua de la fuente. Menos destacado, pero aún así conspicuo, es Xesteiras sobre el que sale la luna en el lunasticio mayor al Sur. En las rocas del Santiaguiño hay algunas marcas alineadas y orientadas a la salida de la luna en el lunasticio mayor al Norte. Desde el lugar donde la tradición dice que estuvo el pedrón (que ahora se encuentra en la iglesia de Santiago) en el que amarró la barca de piedra de Santiago se produciría un alineamiento algo impreciso con el mismo monte Meda en el lunasticio mayor al Norte. Suponemos que la barca de piedra se encontraría en sus proximidades. Esta piedra con inscripción (CIL II 2540 = CIL II 5626 = CIRG I, 12 = HEp 4, 1994, 337) fue un ara romana dedicada a Neptuno o a Júpiter Óptimo Máximo. En definitiva, desde Santiaguiño do Monte y la antigua ubicación del pedrón de la barca de piedra de Santiago concurren varios alineamientos astronómicos, algunos producidos en montes destacados del paisaje, y alguno “fabricado” mediante una línea de marcas incisas, que podrían estar configurando parte de su significado sagrado prehistórico y que posteriormente se incorporó a la leyenda jacobea, como ya sucedió en Muxía.



El monte Meda al fondo - Fotos: Iberia Mágica



martes, 25 de agosto de 2015

Explicación del arqueólogo Saúl Martín sobre el Huerto del Cura, Aceitunilla-Nuñomoral

Hace dos años dedicamos ficha a los petroglifos del Huerto del Cura y al altar rupestre o peña sacra descubierto por el arqueólogo Saúl Martín González, a quien tenemos el gusto de conocer y con quien estuvimos hace escasas fechas, como comentamos en la anterior entrada, en el Encuentro celebrado en la alquería de Aceitunilla, la población más cercana, además, junto con Nuñomoral, al lugar que volvemos a traer al blog. Como dijimos, también, en la anterior publicación, grabamos, en dos vídeos que proporcionamos a continuación, gran parte de la explicación que sobre el terreno pudo darnos a los asistentes. En relación a la 'Peña Sacra', Saúl, prudentemente, nos dijo que no se puede afirmar al 100% que estemos ante un antiguo altar rupestre ritual, pues no muestra una tipología tan trabajada y claro como otros altares bien definidos, como, por ejemplo, el de Ulaca, en la provincia de Ávila, pero sí que reúne muchos elementos (especie de escalera natural, quizás retocada en parte, además de un canal de desagüe al arroyo Aceitunilla -también conocido como Arrotunilla-, petroglifos en la zona, orientación al Este, etc) para que pueda, claramente, presumirse que estamos ante una antigua Peña Sacra o Altar Rupestre. Como curiosidad, es la segunda visita para el que esto escribe, y tanto en una, como en otra, puedo decir que me he encontrado con cráneos de cabras u ovejas en el lugar. No soy la única persona que se ha percatado de ese detalle. Parece como si hubiera continuadores de antiguos cultos, pero, en la zona, nadie, que se sepa, ha visto a ningún grupo de personas realizando rituales de ningún tipo.
 

Saúl, a la derecha, explicando la Peña Sacra, con Félix Barroso en el centro de la imagen. Foto: captura del vídeo.



viernes, 21 de agosto de 2015

El Robu de La Albehaca, Aceitunilla-Nuñomoral

El pasado fin de semana estuvimos en el VI Encuentro Heterodoxo celebrado en Aceitunilla, alquería del concejo hurdano de Nuñomoral. La jornada estuvo muy interesante, con visita matinal a los petroglifos del Huerto del Cura, en el margen derecho del arroyo Aceitunilla, a mitad de camino, más o menos, entre Nuñomoral y la propia Aceitunilla, donde el arqueólogo Saúl Martín González nos explicó, in situ, los grabados, además de un altar rupestre que él mismo descubrió y al cual realizó un estudio que se encuentra disponible en la red, del que hablamos hace tiempo en Iberia Mágica. Por cierto, grabamos en vídeo dicha explicación y, con el permiso del propio Saúl, lo pondremos por aquí muy pronto.

Posteriormente el encuentro trascurrió con un paseo por las angostas calles del pueblo de los "galléguh" (gallegos), que es como denominan los hurdanos a los vecinos y vecinas de Aceitunilla, que, como bien dice Félix Barroso, organizador del propio encuentro, en el texto que aportamos como fuente, bien pudiera ser una pista sobre la llegada de repobladores gallegos a este enclave en la Edad Media; es muy posible que este lugar ya estuviera habitado con anterioridad al propio medievo e incluso que su población no se hubiera visto nunca apenas interrumpida por la inmejorable ubicación de esta aldea, protegida entre montañas, con la única salida por el paso del arroyo Aceitunilla. Así, nos contaron, que en un cerro cercano al pueblo existen restos de un antiguo poblado minero de época romana, lo que atestigua antiguos habitantes en tiempos romanos, al menos, pero quién sabe si Aceitunilla incluso no hubiera podido ser, anteriormente, un castro en tiempo de vettones, a pesar de que sobre esto no existen pruebas de momento, más allá de que muy cerca tenemos los petroglifos y el altar rupestre mencionados, que pudieran ser de la Edad del Hierro e incluso quizás del Bronce. El problema en Las Hurdes para la arqueología, como bien apuntó Saúl, es que hay muy poca tierra, apenas unos pocos centímetros y bajo ella metros y metros de roca de pizarra, con lo que apenas existen huellas estratificadas del pasado lejano, más allá de los abundantes petroglifos de la comarca. Tras terminar con el paseo, pudimos atestiguar que nos encontrábamos ante uno de los pueblos que mejor, dentro de lo que cabe, había conservado la arquitectura hurdana, pues ésta, tristemente, se ha perdido en gran medida en la comarca.

El encuentro continuó con la comida, en la casa de la hospitalaria familia Tello, y la toma de la polienta -denominación del vino casero en Las Hurdes-, donde cada asistente aportó caldo de su tierra o de algún lugar especial para él -el que suscribe llevó vino de Titulcia, una población bien conocida en este blog y muy especial para el susodicho- y continuó con el cante de antiquísimos romances a cargo de personas de la propia Aceitunilla y llegados, también, de otras alquerías de la comarca. También participaron, representando relatos, los hermanos Uceda, de Ceclavín, aunque residentes en Madrid, grandes recopiladores del folclore y del dialecto asturleonés extremeño, propio de la zona norte de Extremadura y de la parte occidental, principalmente, a la Vía de la Plata, además de la reproducción de una muestra de "Impresiones hurdanas", un trabajo realizado por el  músico Isaac Tello, artista que ha reinterpretado una serie de romances que en Las Hurdes aún se cantan, contribuyendo, con ello, a mantener vivo dicho legado desde un prisma contemporáneo. Estuvo también presente la periodista Israel J. Espino, la creadora del blog Extremadura Secreta, una página hermana que se encuentra entre nuestras favoritas, y a la que tuvimos el gusto de conocer en persona, además de otros asistentes.

Finalmente, por la noche se celebró El Robu de La Albehaca, festejo al que, finalmente, no asistimos con lo que queda pendiente para próximas ocasiones, y que, sin embargo, es el tema central de esta ficha.
Como nos cuenta Félix Barroso, y dicho de una forma muy resumida, pues para explicación buena la suya recogida en su propio artículo, los mozos del pueblo han de "robar" de las casas toda la albahaca posible -nombrada albehaca en Las Hurdes, o al menos en Aceitunilla-, que ha sido escondida previamente por las mujeres en los lugares más insospechados y de difícil acceso, para después rondar a las mozas casaderas de Aceitunilla, en lo que parece un claro festejo relacionado con la fertilidad. Nos ha resultado curioso el uso simbólico que de esta hierba aromática, comestible y medicinal se hace, pues previamente no habíamos encontrado ningún paralelo en cualquier otro festejo ibérico, aunque, con posterioridad, hemos comprobado que, por ejemplo, en la población de Bolaños de Calatrava, en la provincia de Ciudad Real, la albahaca es el símbolo de sus fiestas patronales, denominándose, incluso, como La Fiesta de Albahaca; también tiene su protagonismo en Huesca, en las fiestas de San Lorenzo y en otras poblaciones, como la valenciana Bétera.
Si buscamos más allá de la Península Ibérica, la ocimum basilicum, como se la conoce por la ciencia, es considerada el símbolo del amor en Italia, lo que le asemeja, en gran manera, al propio significado que se le da en Aceitunilla e incluso la Iglesia ortodoxa griega le otorga santidad a la misma, pues según cuenta ese credo, el olor de la albahaca guió a Santa Elena hasta encontrar la Santa Cruz; en este último caso, seguramente, nos encontremos ante una cristianización más de antiguos ritos, en este caso, a cargo de la Iglesia ortodoxa. Mucho más lejos, en la India, se la considera la personificación de la diosa Tulasí, siendo una planta además muy del gusto del dios Visnú, por lo esta hierba está divinizada en dicha religión, y, así, cada hindú tiene una maceta con albahaca para celebrar la fiesta conocida como Kartik Shukla Dvadashi, unas dos semanas después del Diwali o famoso festival de las luces. Por el contrario, su aspecto negativo lo encuentra en algunas antiguas tradiciones europeas, donde se la identifica con el demonio, mientras que en algunas leyendas africanas se cree que protege de los escorpiones, pues se la considera venenosa.
Por tanto, como quien no quiere la cosa, hemos encontrado mucho simbolismo detrás de esta hierba, la protagonista de Aceitunilla las noches de los 14 de agosto.

A la izquierda, Gonzalo Martín Encinas, fallecido en agosto de 2005, hace justo 10 años, persona que hizo mucho por recuperar las tradiciones de Aceitunilla, de donde era natural, además de las del resto de la tierra hurdana - Foto: Félix Barroso Gutiérrez

*Fuente: Félix Barroso Gutiérrez, "Aceitunilla celebra el “Robu de la Albehaca”" - planvex.es, agosto 2015

Resulta curioso que a los vecinos de la alquería jurdana de Aceitunilla los motejen como “galiciánuh”.  Incluso hay un paraje en sus términos que recibe el nombre de “Valli de luh galléguh”.  ¿Tendrá algo que ver con la repoblación medieval, venida de zonas astur-leonesas e incluso gallegas y que se mezcló con el sustrato indígena de los pueblos del territorio jurdano?  Y resulta paradójico que algunas de las fiestas que se han catalogado como de Interés Turístico, bien fuere en Extremadura o en otras partes, se han regido por la cantidad y no por la calidad, y hasta por intereses políticos.  Algunas fiestas de éstas se repiten en tropecientos pueblos, por lo que de singular no tienen nada.
La Administración regional ha andado interesada por otorgar semejante calificación a la fiesta del “Robu de la albehaca”, siempre y cuando volviera a sus orígenes, a fin de argumentar por sí misma la propia atracción turística.  Y es que, cuando llega el 14 de agosto, los vecinos de Aceitunilla se echan a la calle, al llegar la tarde-noche, y, acompañados por los tamborileros y otros que tocan a cada cual instrumento más estrafalario, recorren las ensortijadas calles de la aldea, con el fin de apañar toda la albahaca que puedan, que, antiguamente, se sembraba en grandes cantidades ex profeso para este día, sobre todo una variante de la planta que alcanzaba gran follaje y dimensiones.  Las mujeres han escondido los tiestos, medias tinajas y otros recipientes que contienen la albahaca en los lugares más inverosímiles.  De aquí que los mozos tengan que trepar por los balcones, subirse a los tejados, husmear por las cuadras o gatear por los “pareónih” (bancales), para hacerse con un buen cargamento de dicha planta.
Años atrás, los mozos cantaban en sus rondas: “No venímuh pa robá,/ni a comélmuh la gandalla;/venímuh a pol la moza,/que eh un ramu de albejaca”.  Y cuando una moza, guapetona, bien flamencota y peripuesta, tenían muchos “mohcóneh” revoloteando a su alrededor, le gente le decía: “Érih cumu la albejaca: múchuh te güelin y pócuh te catan”.  Referían, igualmente, que la albahaca (“ocimum basilicum”) servía para alejar los “violéruh” (mosquitos) y espantar los “arracránih” (escorpiones).  Comentaban, en algunos pueblos de la zona, que los hombres la podían comer en ensalada, pero no las mujeres que estuviesen embarazadas o en edad fértil.  Y la albahaca (ya se trocó, en la comarca, el antiguo nombre de “albejaca” por el de “albehaca”) es la protagonista de esta antiquísima fiesta, en la que siempre llevaron la voz cantante los mozos.
Después de una tarde de rondas, siendo ya noche cerrada, las mujeres deberían estar metidas en sus casas, así como los hombres casados.  A los viudos se  les permitía andar por las calles.  Después de una pantagruélica comida de carne de chivo en la taberna, los mozos iniciaban el robo semitolerado de la albahaca, acompañados de toda una parafernalia musical.  Las mujeres, entre risas y chanzas, defendían sus propiedades, pegándoles empujones a los mozos o arrojándoles calderos de  agua.

Toda una noche de jolgorio.  Nadie dormía.  Por la mañana, los mozos, emperifollados con numerosos ramos de albahaca (incluso los llevaban metidos en la bragueta), pedían el aguardiente y los dulces tradicionales (“bóllah”, “matajámbrih”, “perruníllah”, “hijuélah”…) casa por casa, echando algún “picau”, “charrá”, jota o “jaba” con las féminas, bajo el son de la gaita y el tamboril.  Luego, bajaban todos, en marcial desfile a la misa de Nuestra Señora de la Asunción, en la iglesia de Nuñomoral, siendo estos mozos los que llevaban las andas de la Virgen en la procesión.  El mozo que había cogido mayor cantidad de albahaca era el encargado de portar “El Ramu” en las fiestas de “San Brá” (San Blas).

Ingredientes más que de sobra para  declarar la fiesta como de  Interés Turístico Regional, pero para ello es preciso sembrar  “cantidades industriales” de albahaca y ceñirse al guión antiguo.  Si así se hace, seguro que los “galiciánuh” lo conseguirán.



Aceitunilla - Foto: Iberia Mágica, 9-marzo-2014

miércoles, 19 de agosto de 2015

El Pedrón de Neptuno, Padrón

Uno de los lugares más emblemáticos para visitar cuando se pisa Galicia es Padrón. Su visita es obligada si se quiere hacer el recorrido más completo entre sus lugares o enclaves más especiales, cosa tampoco fácil en esta tierra, donde abundan tantos lugares de este tipo. En Padrón existe un antiguo ara romano conocido como El Pedrón -O Pedrón-, el cual, precisamente, dio nombre a la propia población tan famosa por sus pimientos característicos de tan buen comer, por lo menos para el que estas líneas escribe. El Pedrón está consagrado al dios Neptuno y se dice que ya romanizó un antiguo lugar de culto, en el margen izquierdo del río Sar, donde precisamente se encuentra el propio ara y sobre el cual se construyó la actual Iglesia de Santiago, levantada sobre otra anterior, por lo que bien pudiéramos estar ante un antiguo lugar de culto a divinidades acuáticas, pues, aunque no fueran marinas, que son las consagradas a Neptuno -el Poseidón romano-, sí lo serían fluviales, al menos; de agua dulce, que dirían en mi pueblo. El ara se encuentra bajo el propio altar mayor de la iglesia.
Pudimos fotografiarla en nuestra reciente visita, con el permiso, finalmente, de la persona que custodiaba el templo. Este entorno tuvo que ser muy especial para los antiguos galaicos, y quién sabe sabe si para anteriores pobladores, así, de este modo, en nuestra próxima ficha, describiremos otro lugar de este municipio, del que ya hablamos en el blog hace unos años, pero esta vez lo haremos con la fuerza que da la propia experiencia de haber pisado el enclave en cuestión.



El Pedrón es una piedra de la que se asegura sirvió para atar la barca también pétrea que trasladó al Apóstol Santiago ya muerto, desde Palestina hasta las costas gallegas.
Que en realidad el Pedrón sea un ara romana, no quita ni resta valor religioso histórico a este bloque granítico, que se convirtió en todo un símbolo para millones de peregrinos que llegan de manera ininterrumpida hasta Compostela y que luego descienden incluso a esta localidad, puesto que "quien va a Santiago y no va a Padrón, o hace la romería o no".
Otros, al contrario, hacen la hoy denominada Ruta Marítima y, emulando a sus antepasados, desembarcan aquí para continuar camino hacia la tumba del Apóstol.
El ara romana tiene una inscripción, alterada siglos más tarde (se le añadió una cruz y se le cambió el nombre propio que figura en él), que algunos traducen por "La Neptuno los catorienses pusieron de su bolsillo".
El Pedrón se halla debajo del altar mayor de la iglesia de Santiago, levantada justo en el margen izquierdo del río Sar por orden del todopoderoso arzobispo Gelmírez en el año 1133 y, acorde con su tiempo, de estilo románico.
De aquel templo sólo se conserva una piedra, que se distingue al lado de la puerta que da al "Espolón", y en ese bloque granítico está grabada a inscripción "Dominus Eclesia Procurator edificavit in era MCLXXI", que se traduciría al castellano actual por "El señor procurador de la iglesia edificó en la era MCLXXI".
El templo desapareció y se modernizó, ahora en estilo gótico, por orden del obispo Lope de Mendoza. Pervivió incluso estos tiempos un púlpito de piedra y nada más, porque a mediados del siglo XIX fue levantado en el lugar el actual, con una fachada simétrica paradigmática del estilo ecléctico.



Escultura de Rosalía de Castro, natural de Padrón y la Iglesia de Santiago de Padrón al fondo - Fotos: Iberia Mágica



miércoles, 12 de agosto de 2015

San Pedro de Rocas, Rocas-Esgos

Estamos en un lugar, que pese a la carencia de rotundas pruebas arqueológicas que nos hagan decir, de forma contundente, que nos encontramos en un antiguo lugar de culto pagano, son muchas otras las evidencias que nos hacen intuirlo. Así, por ejemplo, evidencias de culto al agua, que nos entroncan, muy a buen seguro, con tiempos precristianos, además de la mención de que los fundadores del más antiguo monasterio cristiano de Galicia, incluso de todo el Estado español, según se dice, fueron continuadores de las prácticas de culto llevadas a cabo en este lugar; así se establece en la lápida fundacional conservada en el Museo Arqueológico Provincial de Ourense, donde seguramente se haga referencia a anteriores cultos cristianos allí celebrados, pero, como comentamos, se cree que éstos se remonten mucho más atrás, a tiempos célticos. También se dice que un personaje tan enigmático, llamado por algunos el "último druida", ya en tiempos cristianos, como fue Prisciliano, pudo pasar por este enclave, aunque esto no está del todo demostrado. Lo que es cierto es que nos encontramos en un lugar de gran potencial telúrico, de los tantos que abundan en Galicia, y donde los cultos se han ido sobreponiendo, el último de ellos el cristiano. No hemos dicho aún su nombre; es conocido este monasterio como San Pedro de Rocas, en la parroquia de Rocas, del concello de Esgos, en la comarca orensana de la Ribeira Sacra, comarca de la que, como bien nos cuenta Alfredo Orte en su web amiga Rutas y Leyendas, de la que extraemos unas líneas, proviene de Riboyra Sacrata, que significaba Robledal Sagrado, con toda la connotación ancestral que ello contiene.

Foto: galiciaenteira.com
Foto: turgalicia.es

*Fuente: rutasyleyendas.com

En un lugar remoto de la Riboyra Sacrata, es decir, del Robledal Sagrado como así se dio a conocer en el siglo XII esta comarca, se encuentra el más antiguo monasterio de toda España. San Pedro de Rocas es uno de los templos cristianos que se hunden en las tinieblas de la historia, un Cristianismo que poco tiene que ver con el que se imparte en los catecismos modernos. A medida que nos acercamos a este enclave, nos percatamos que dos elementos dominan en el paisaje, el bosque y las rocas. Colinas erosionadas y cubiertas de árboles y vegetación ofrecen una panorámica laberíntica y remota, muy similar a la que debieron tener los siete anacoretas que se retiraron por estos pagos en el año 573. Esta es la fecha que aparece en el ara fundacional, conservada hoy en el museo arqueológico de Ourense, donde se detalla el nombre de los valerosos ermitaños (Hereditas, Eufraxi, Eusani...) En esa misma inscripción se nos señala para nuestro asombro, que estos hombres no eran sino herederos del culto en ese cenobio. Lo cierto es que antes de esa fecha sólo podemos aventurar hipótesis sobre sus remotos orígenes.
La profesora Ana María Malingre apuesta en su obra "Pisamos tierra de monjes" por la existencia de un templo pagano anterior, aunque no existen evidencias concretas al respecto. 


lunes, 10 de agosto de 2015

Monte do Castro, Vigo

Ya nos acercamos a Vigo para hablar de del altar rupestre y el ara púnico del castro de Alcabre, junto al propio Museo del Mar de Vigo, en el puerto marítimo. En su momento hablamos de este lugar como un espacio de culto para los antiguos habitantes de dicho castro (el de Alcabre), pero quién sabe si no pudiera haber sido, igualmente, un lugar de culto común para otros poblamientos circundantes como el existente en el Monte do Castro de la propia ciudad de Vigo. Los restos excavados son sólo una pequeña parte del gran oppidum que en este monte debió existir, pues se cree que ocuparía gran parte del mismo. Pudo estar habitado entre el siglo III a. C. y el III d. C., momento en el que sus habitantes se van trasladando al nuevo poblamiento junto al mar, al Vicus -pueblo en latín- que daría origen a la actual ciudad de Vigo.
Hoy retomamos el blog e iniciamos una serie publicaciones dedicadas a Galicia, mágica tierra de la que hemos tenido el gusto de disfrutar unos días. Pese a todo el proceso de aculturación sufrido en los tiempos contemporáneos en los que nos encontramos, en Galicia el aroma ancestral todavía se puede percibir en multitud de enclaves y parajes.

Recreación de típicas construcciones de la cultura castreña galaica (al fondo, en el horizonte marino, se pueden apreciar las islas Cíes) - Foto: Iberia Mágica
Fotos: Iberia Mágica


*Fuente: Cartel explicativo

La elección de este monte como emplazamiento del poblado no fue casual. Seguramente influyeron: 1º sus amplias vistas, que dominaban el valle del Fragoso y la ría; 2º su situación cercana a bunas tierras de cultivo; y 3º su proximidad a un fondeadero de embarcaciones, en la playa de O Areal. En las excavaciones se han recuperado materiales procedentes de diversas zonas del Mediterráneo -del sur y este de la península Ibérica, la Galia o la península Itálica-, que evidencian su vocación comercial y marítima.
El funcionamiento desde el siglo I d. C, de las salinas romanas de O Areal, permite pensar en esta zona como un área de actividad industrial: fondeadero de embarcaciones, producción de sal...en la que trabajarían habitantes del castro. A partir de aquí va surgiendo, en torno a la costa, un nuevo asentamiento: el Vicus al que probablemente se trasladaron paulatinamente los habitantes del castro a finales del S. II o III d. C.


Recreación del castro del Monte do Castro - Foto: Iberia Mágica


 
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